“¡MANTENGAN EL RUMBO!”

2 de octubre de 2001

Muy bien entonces, hemos pedido hablar contigo hoy porque hay numerosos shocks en el horizonte y queríamos darte un posible modo de estar con ellos que facilitará enormemente tu comodidad a medida que avanzas hacia tu meta.

En la superficie de los océanos, hay una gran variación en la actividad que uno ve — desde una calma plácida hasta tormentas violentas.
En la superficie de los océanos, hay una gran variación en la actividad que uno ve — desde una calma plácida hasta tormentas violentas.

Si piensas acerca de tus océanos, tendrás un modelo ideal para lo que te estamos hablando. En la superficie de estos grandes cuerpos de agua, hay una gran variación en la actividad que uno ve — de la plácida calma a olas ondulantes a grandes turbulencias y tormentas violentas. Así es con tu mundo de la vida diaria. Varía tremendamente, desde una plácida calma y momentos de verdadera paz hasta grados variables de inestabilidad, estrés y crisis absoluta.

Si uno desciende profundamente en las profundidades de los océanos, hay corrientes poderosas y una rica ausencia de turbulencia — una profunda presencia de silencio, poder y aventura potencial, envuelta en una calmante suavidad de textura y sonido. Si te retiras de tu mundo ordinario y te sumerges profundamente en tu interior, es similar. Allí encontrarás una profunda presencia de poder, aventura potencial y una liberación profunda y calmante.

Si uno desciende profundamente en las profundidades de los océanos, hay una honda presencia de silencio, poder y aventura potencial.
Si uno desciende profundamente en las profundidades de los océanos, hay una honda presencia de silencio, poder y aventura potencial.

Así que, a medida que estas tormentas entran en el mundo a tu alrededor, sería sabio refugiarte en la profunda quietud dentro de ti mismo, para experimentar la seguridad de eso, seguir las corrientes profundas de tu vida y hacer tu camino a través de los vastos océanos del espacio interior hacia tu meta.

En tiempos de guerra, hay una nave llamada submarino. Hace uso del sonido reflejado, igual a como los delfines y las ballenas encuentran su camino dentro de su hogar acuático. Un sonido es enviado y luego devuelto, de modo que la distancia de otros objetos es detectada y ellos pueden ser evitados. Tú envías tu sonido al universo y este te es devuelto, guiándote a través de las aguas mientras te deslizas adelante, hacia tu meta.

El submarino puede sumergirse profundamente para evitar la detección en la superficie y llegar a su objetivo.
El submarino puede sumergirse profundamente para evitar la detección en la superficie y llegar a su objetivo.

El submarino puede sumergirse profundamente para evitar ser detectado en la superficie, llegar a su objetivo y entregar su carga explosiva o cargamento. En tiempos de guerra, hay campos minados que deben ser atravesados. A veces hay explosiones cerca. Se requiere una mano hábil y nervios de acero para atravesar los océanos y moverse continuamente hacia la propia meta. Cuando el capitán de un submarino está satisfecho con la dirección, profundidad y velocidad de la nave, ordena a la tripulación: “Mantengan el rumbo”. Con esto, comunica que la nave debe mantener su dirección, profundidad y velocidad, hasta que y a menos que él de una orden diferente.

Diríamos que nuestro “submarino” hacia Terra ha empezado su viaje por los océanos del espacio interior. Dejamos atrás el viejo mundo el 18 de agosto (2001) y hemos incrementado nuestra profundidad y velocidad desde entonces.

En pocos días, comenzaremos a atravesar los campos minados y habrá explosiones en todas partes, pero nuestra dirección será siempre “Mantén el rumbo”. Así es contigo. En tu viaje a través de estos tiempos, debes decirte a ti mismo: “Mantén el rumbo”. Debes permanecer firme en tu rumbo hacia Terra, dejar que las explosiones ocurran como sea que lo hagan y tener el firme conocimiento de que pase lo que pase a tu alrededor, no vacilarás al timón.

Mantén el rumbo. Permanece firme y mantén el rumbo. Mantén tus ojos en la meta. Mantén el rumbo. Deja que lo demás se derrumbe a tu alrededor. Mantén el rumbo. Tu camino es recto, estás protegido. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo… Mantén el rumbo.

Siente el silencio. Escucha tu respiración a medida que suavemente entra y de nuevo sale.
Siente el silencio. Escucha tu respiración a medida que suavemente entra y de nuevo sale.

Siente el silencio. Escucha tu respiración a medida que suavemente entra y de nuevo sale. Escucha los sonidos distantes de la guerra y sabe que estás a salvo. Mantén el rumbo. Siente los impactos sordos de las explosiones. Mantén el rumbo. Comprueba tu suministro de combustible. Estás bien. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo … Mantén el rumbo.

A medida que estos días se desplieguen frente a ti, recuérdate a ti mismo: “Mantén el rumbo”. Tú puedes hacer esto. Viniste a hacer esto. Es por esto que estás aquí. Mantén tu rumbo. Mantén tu velocidad. Quédate debajo de los acontecimientos superficiales y “Mantén el rumbo”. Mantén el rumbo. Sonidos distantes, tormentas distantes, pero mantén el rumbo.

Cada uno de ustedes ha venido para esto, para este tiempo, para esta tarea. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo. Mantén la visión; busca la meta. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo… Mantén el rumbo.

Toma este mensaje y léelo de nuevo. Mantén el rumbo. Guárdalo contigo para recordarlo. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo.

Ahora el tiempo está pasando y cada día te lleva más cerca de la meta. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo.

Recuérdate a ti mismo cuán lejos has llegado. No falta mucho camino por recorrer. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo. Mantente firme en tu rumbo y velocidad. Mantén el rumbo.

Estamos contigo ahora, guiándote, protegiéndote, dándote refugio. Ve profundo. Quédate en lo profundo. Sigue tu rumbo. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo. Haz un refugio para ti mismo, crea la quietud donde estás. Apaga la locura, los gritos, el llanto, la súplica. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo. Apaga la locura. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo… Mantén el rumbo.

Escucha el agua deslizándose a tu lado. Mantén el rumbo. Escucha el rugido amortiguado y estruendoso de las violentas tormentas y de las olas impulsadas por el viento por encima de tu cabeza. Ve profundo. Quédate en lo profundo. Mantén el rumbo… Mantén el rumbo.

Estamos contigo, cada día, cada noche — guiándote, amándote, protegiéndote. Mantén el rumbo. Deja atrás el mundo superficial. Busca el poder del océano profundo. Sigue tu rumbo. Deja atrás la locura. Mantén el rumbo.

Por ahora, debes deslizarte a través de las profundas aguas del océano profundo.
Por ahora, debes deslizarte a través de las profundas aguas del océano profundo.

Con el tiempo… con suficiente tiempo… emergerás en tu nueva realidad, pero por ahora, debes deslizarte a través de las profundas aguas del océano profundo. Mantén el rumbo. Mantén tus ojos en la meta. Mantén el rumbo.

Te dejamos ahora en paz y honor y bendición, pero estamos contigo en tus sueños, en tu estado de vigilia, en tu navegación a través de las aguas profundas. Mantén el curso y velocidad… Mantén el rumbo. Amén, Adonoy Sabayoth. Somos las Huestes del Cielo. Mantén el rumbo.

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